El acero galvanizado es un tipo de acero procesado con un tratamiento al final del cuál queda recubierto de varias capas de zinc. Estas capas de zinc protegen al acero evitando que se oxide. El acero galvanizado también es un material con un acabado más duradero, resistente a las rayaduras y que resulta más atractivo para muchos consumidores. El acero galvanizado también es utilizado en la fabricación de muchos componentes de uso industrial.
¿Cómo se fabrica?
En la fabricación del acero galvanizado primero se elaboran las piezas de acero individuales en la forma deseada, por ejemplo llaves, clavos, láminas, anillas, tubos, alambre, etc. Después se aplica alguna técnica de galvanización, como la galvanización por inmersión. Este es el método más común y consiste en la inmersión del acero en zinc fundido. Durante esta inmersión se produce una reacción química en la que se forman enlaces permanentes entre el acero y el de zinc. Cuándo se enfría quedan capas externas únicamente de zinc, después hay capas mixtas de acero y zinc y en el interior queda únicamente acero.
Existen otros métodos de fabricación de acero galvanizado, como el galvanizado continuo. Esta técnica hace pasar hojas finas o alambres de acero a través de zinc fundido; sigue siendo una forma de inmersión pero se consigue que quede una capa más fina de zinc. Otra técnica es el rociado o pintado del acero con zinc fundido. Ninguna de estas técnicas forma enlaces tan fuertes como el galvanizado por inmersión. Con el electrogalvanizado se consigue una capa relativamente fina de zinc sobre el acero a la vez que se forman enlaces permanentes fuertes entre ambos metales.
En función de la técnica utilizada las uniones entre el zinc y el acero son más o menos numerosas y profundas. Este parámetro se mide con el grado de galvanización que se describe como la cantidad de zinc por área de superficie, no tanto en el grosor de la capa externa de zinc.
¿Qué ventajas ofrece la galvanización?
El zinc hace a la pieza de acero más resistente al protegerlo de dos formas. Por un lado el zinc es muy resistente a la oxidación mientras que el hierro, uno de los principales componentes del acero, se oxida con cierta facilidad en contacto con el oxígeno del aire y mucho más con el agua y la humedad. Al crear una capa de zinc sobre el acero se evita que el oxígeno alcance al hierro o al menos se enlentece el proceso en gran medida. Esta protección se ve acentuada con la formación progresiva de la pátina, una capa de óxidos y otros compuestos de zinc. El zinc es también un metal muy duradero resistente a las rayaduras y ofrece un aspecto satinado que puede hacer el acabado del acero galvanizado más atractivo para muchos consumidores.
La duración de una pieza de acero galvanizado puede dependiendo de varios factores. Una pieza de acero galvanizado industrial con una capa de zinc de tan sólo 0,1 mm de grosor puede durar hasta 70 años en condiciones normales y sin necesidad de un mantenimiento especial.
Además de ser duradero y resistente, el acero galvanizado es barato y se puede reciclar varias veces, lo que hace sea muy utilizado para una amplia variedad de propósitos: piezas de automóviles, embarcaciones y otros vehículos, estructuras de edificios o piezas de maquinaria.
Las desventajas
Las desventajas del acero galvanizado no son muchas y en general no son muy graves. Como principal desventaja podemos citar que algunos objetos de acero no se pueden someter al proceso de inmersión en zinc fundido por su forma o tamaño y, aunque puedan galvanizarse mediante otros métodos, no ofrecen una galvanización de igual protección. Además, la protección que ofrece el zinc no es perfecta y se corroe cuándo es expuesto de forma frecuente a factores externos como lluvia y agua de mar acortándose la vida útil de la pieza. Aún así dura más que el acero sin galvanizar.
El proceso de galvanización tampoco es perfecto ya que el acero galvanizado se enfría lentamente y las piezas pueden pegarse unas a otras antes de que se enfríen completamente.
Para solventar estos inconvenientes se puede recurrir a otras aleaciones como el acero inoxidable que se fabrica con una aleación de cromo.